Deshacer(se).

DESHACER(SE). 


Vives solo, sientes solo, lloras solo. Ellos te miran y tú agachas la cabeza. Aquellos que vinieron contigo y que ahí permanecen mientras tú no haces nada. Tan distintos, tan iguales. Permanecen. Y tú no sabes si abrir la puerta o la ventana; si arrastrarte por la calle o abrir los brazos y ponerlos en cruz, como en aquella escena de "Titanic", y lanzarte contra el viento hacia las losas del suelo. Ellos te miran. Tú, recostado en el sofá, decides al fin levantarte.




Ellos están tan vacíos como tú, pero no necesitan llenarse. Los miras, de pie. Pueden quedarse ahí todo el día, incluso cuando la ambulancia te recoja del bordillo de la acera. Y tú no sabes si hacerlo o esperar, o volver sobre tus pensamientos, o tirar de ellos contigo en la caída. La ventana está abierta y entra mucha luz -demasiada-. Llevas meses sin limpiar el salón.




Él está tan lleno como tú. Pero -como tú- lleno de basura. ¿No crees que debes vaciar ese cenicero? Claro que no: sería el último cenicero que vaciarás en tu vida. Por eso quieres que rebose. Y apenas quedan cigarros en el paquete. Y tú desearías que solo quedara uno, porque cada cigarro es un pétalo de tu flor marchita; un comodín para la bala de la ruleta rusa que es tu vida. Y el único jugador eres tú.




¿Recuerdas cuando metiste los dedos en esa tostadora que ardía? ¿No sabes que tienes que limpiar las sobras? Es tu piel: eres tú. ¿Recuerdas esa pared ensangrentada, esos nudillos rotos contra el yeso de tu cuarto? ¿No sabes que tienes que limpiarla? Es tu mano herida: eres tú. Recoge, de una vez, tus sobras, y tíralas a la basura.




Ya quedan pocos adjetivos para descalificarte, y los sustantivos se han acabado. Solo te queda una bolsa llena de adverbios de modo: tristemente, desesperadamente, inevitable, mente. Te gustaría arrancarte el cerebro y ser un muñeco de trapo. Y cuando lo piensas dos veces, te das cuenta de que ya eres menos que eso. Solo eres un desecho. Solo eres un deshecho. ¿Dónde está ahora la luz que hace unos segundos te molestaba tanto? Una nube se ha posado entre el sol y tu ventana.



Te boicoteas cada día. Saqueas tu propio corazón y sacudes tu alma al lado de una botella de leche llena de vino, y de otra de gaseosa llena de absenta. Te has olvidado de ti mismo. Solo eres tu cuerpo inmóvil. Por favor, sal del agujero.

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