Estelas

 ESTELAS



La persistencia, la constancia, la fluidez;
el transcurrir, el recorrer, el discurrir;
el avanzar, el detenerse, el contemplar;
el blanco, el rojo, el amarillo y el azul.




Un puente atravesado de punta a punta; de puntillas lo contemplo mientras la luz imprime sus puntadas en su lienzo. 

La proximidad y la distancia, la tangente y el sesgo;
el frontal y el trasero: el retrovisor borroso.

Tu cara de ángel en el blanco de los faros delanteros. Tu calma, tu quietud, tu luz clara y pulcra. Blan-co.




Una de tantas arterias de la ciudad, la toma del pulso urbano;
tu rabia enrojecida a la altura de mis ojos. Todo merma ante el color rojo.

Pasión, enfado, agresividad, ira. Ro-jo.

Un surco blanco que aplaca todo el párrafo anterior, que levanta esperanza en medio del estrés. Que no teme el brusco contraste de la noche.




Estelas opacas, luces cegadoras, negros absolutos y tonos enmudecidos, pero intensos. 

Una vela gira en un fregadero delatado por el agua que ilumina sus bordes.




Si tienes la suficiente paciencia, lo verás: contemplarás el rastro de un ángel de pelo rizado, de un querubín, de un serafín que, pretendiendo haber perdido un cabello, te regala su luz en la noche más oscura.

Verás un látigo, una espiral. Un alma que se desvanece en un desagüe. Verás la redundancia de la luz iluminándose a sí misma.





Y si sigues teniendo paciencia, verás cómo esa luz se transforma en un ojo luminoso cuyas pupilas vacías no reciben ni otorgan un solo significado más.

Verás un disco que te atrae con su fuerza centrípeta, con su particular imperfección o con lo que tú quieras que lo haga.

Verás la pureza que la congelación del tiempo es capaz de generar con una simple vela flotante.

Verás la luz en medio de la oscuridad.

Comentarios

Entradas populares